Colección permanente

mapa del Museo

La colección permanente del Museo está repartida en las 10 salas en que fue dividida la primera planta del edificio de los Marqueses de Menahermosa. A lo largo del recorrido por el Museo podremos ver de forma paralela una secuencia cronológica de más de 80 ajuares funerarios ordenados de mayor a menor antigüedad y una muestra didáctica acerca de los distintos aspectos sociales, económicos y culturales del mundo ibérico. Junto a cada ajuar funerario se expone una lista detallada de los objetos que lo componen, el año de su descubrimiento y una serie de fotografías de la fosa en diferentes estados de excavación. Todo esto confiere al Museo un carácter bastante didáctico.                                                                                                                          
 A continuación exponemos las diferentes salas del museo de una manera más pormenorizada.

SALA I
Se trata de una sala de "presentación" para el visitante, ya que en ella se exponen una series de fotografías de la necrópolis de "El Cigarralejo", de los equipos de trabajo y de las propias excavaciones. Además en esta sala podemos admirar el plano de dicha necrópolis en un gran mural en donde aparecen reflejadas las 547 sepulturas excavadas con la fosa y el ensanchado tumular que las cubría. Todo esto nos permite hacernos una idea bastante aproximada de lo que es la necrópolis del "El Cigarralejo".

SALA II
En esta sala podemos encontrar algunos de los ajuares más ricos de toda la necrópolis, esto evidencia la jerarquización de las sociedades ibéricas. Se trata de las tumbas que pertenecieron a personajes con un cierto poder adquisitivo y social entre las gentes de su comunidad, son las llamadas "tumbas principescas". De "El Cigarralejo" nos han llegado dos enterramientos de este tipo el 200 (vitrina 2) y el 277 (vitrina 3), aparecen enfrentados a izquierda y derecha de la sala, por lo que vamos a describirlos antes que a los más antiguos que aparecen expuestos en la vitrina 1. Ambos enterramientos principescos aparecen datados entre el 380 y el 360 a.C., presentan la peculiaridad de poseer dos fosas independientes con ajuares masculino y femenino respectivamente, en el interior de un túmulo de piedras de forma cuadrangular y algo más de 6 metros de lado. En ambas tumbas abundan la cerámicas de origen griego muy del gusto de los íberos para utilizar como vajilla de mesa. Destacamos, en particular, de tumba 200 la Kylix de figuras rojas nº 11, el juego de pesas de bronce nº 39 o la gran cantidad de objetos femeninos como: contrapesos del hueso o fusayolas. No faltan pequeños restos textiles. Por otro lado, de la tumba 277 impresiona la gran colección de armas, entre las que destacan las dos falcatas nº16 y 17, un puñal de antenas con armazón de funda de hierro, complementos de jinete como el bocado de caballo nº 22. De forma simultánea, en la misma sala, podemos admirar una muestra de los ajuares más antiguos de la necrópolis datados en la 1ª mitad del s IV a.C. (vitrina 1), entre los que tenemos que destacar la schnabelkanne o jarra de bronce perteneciente a la tumba 57, de la tumba 47 el gran vaso de importación procedente del Ática, concretamente una cratera de campana del pintor del "Tirso negro" (expositor 1) de magnífica realización. El resto del ajuar se encuentra en la vitrina, datable entre el 375-350 a.C. Como ejemplo de reparaciones antiguas podemos señalar la tapa de la urna de la tumba 301, nº 2 en la que podemos apreciar una gran rotura y a ambos lados de la misma, pequeñas perforaciones paralelas que en su día estuvieron grapadas con lañas de plomo.

SALA III
Esta sala aparece dedicada a una de las ocupaciones más básicas para economía de la cultura ibérica. Los cereales copaban la agricultura de estas sociedades, el trigo o la cebada destacan por encima de las demás aunque tenemos que nombrar también el cultivo de la vid y el olivo además de, en menor medida, árboles frutales. En la vitrina de esta sala hay una pequeña e interesante muestra de semillas y huesos encontradas entre los ajuares, lo que nos aporta una importante información sobre las costumbres alimenticias de este pueblo. El ajuar de la tumba 209 nos muestra gran cantidad de utensilios para el trabajo en el campo como hoces y podaderas nº 6-7, y el refuerzo de una reja de arado nº 13. El instrumental agrícola, elaborado en hierro revela la puesta en valor del secano y la existencia de una producción dominada básicamente por cereales. Podemos señalar un elemento curioso de esta sala, fruto del comercio, se trata de un estrigilo de bronce al estilo griego (nº 8), usado por los jóvenes atletas para retirarse el polvo y el sudor del cuerpo. En la tumba 5 destacamos un ajuar de guerrero de la tumba 138, con las típicas falcatas nº 10 y cerámicas ática completamente barnizadas en negro nº 2-5, el encachado que coronó esta tumba es el reproducido en el patio del Museo.

SALA IV
Siguiendo el esquema lógico del Museo en esta sala se nos presenta otra actividad económica base para la cultura ibérica, se trata de la ganadería. Procedentes del "El Cigarralejo" hay constatados: huesos de caballos, asno, oveja, cabra, perro, cerdo y ciervo. Estos restos nos indican que junto con la ganadería, los íberos, practicaban la caza obteniendo así carne y pieles, además el propio acto de la caza era una actividad destinada a las élites guerreras. En ella se usaba el caballo, que se encontraba en los bosques en estado salvaje y se domesticaba para la monta. La posesión de una caballo indicaba una importante posición social, como queda demostrado en la abundancia de representaciones que hay de este animal y que algunos santuarios, como el del propio Cigarralejo, están dedicados a divinidades protectoras de los mismos.                       
Destacamos en la sala IV la vitrina 6 en la cual se encuentra el ajuar de la tumba 333 que perteneció a un curtidor de pieles, como puede observarse en la garátulas o tajaderas nº 9, cuchillos nº 8 y punzones. No le falta, además, a este ajuar un armamento mínimo, como un soliferreum nº 6 y un escudo o caedra.                                              
De la vitrina 7 destacaremos el espléndido armamento perteneciente a la tumba124, fechada en la primera mitad del s IV a.C., compuesto por dos falcatas nº 1 y dos lanzas nº 2 y manillas de escudo nº 3, o el brasero de bronce perteneciente a la tumba femenina 221, nº 5.

SALA V
Aparece esta sala dedicada a la característica cerámica ibérica de pasta clara y pintura roja hecha de arcilla "a torno" y cocida en horno. Podemos encontrar gran cantidad de cerámicas distintas de las que destacaremos en la vitrina 8:
-Una vajilla de mesa compuesta por jarras y copas ara bebida, platos fuentes y escudillas para la comida.
-Grandes recipientes para almacén de sólidos y líquidos.
-Pequeños vasitos para contener perfumes, aceites perfumados, o bien pinturas o cremas para el tocador.
En último lugar destacamos otra vajilla compuesta por ollas con sus tapaderas para cocinar, de pasta gris muy tosca y resistente al fuego decoradas con incisiones no con pintura.
Tenemos que señalar que aunque en "El Cigarralejo" predominan las cerámicas con decoración geométrica, no faltan representaciones de otros tipos como florales. Destacamos un ejemplo único que se encuentra en la vitrina de esta misma sala, se trata del vaso de las granadas y los puñales, que como aparece en el nombre  está decorado con estos dos motivos y otros de difícil interpretación.                                                           
El resto de las vitrinas muestran alguno elementos impresionantes como las armas inutilizadas ritualmente nº 1 y 2 de la tumba 178. Las falcatas con empuñadura de cabeza de pájaro nº 3 de la tumba 127, y de cabeza de caballo nº 3 de la sepultura 119. Por último destacaremos algunos elementos de ajuares femeninos como fusayolas nº 7 o vasitos "de tocador" nº 1 y 2 de la tumba 40.

SALA VI
laminas de hueso decoradas

Esta sala está destinada a la fabricación textil, importante en el mundo ibérico y reservada al mundo femenino. Contamos con gran cantidad de testimonios para el vestuario de los íberos. En primer lugar entre los ajuares funerarios se han encontrado pequeños fragmentos de tejidos de origen vegetal y animal que, paradójicamente, al carbonizarse en la pira funeraria se han podido conservar. En la vitrina de la mesa tenemos fragmentos de lino, utilizados en la confección de túnicas y prendas delicadas. Lana para ropa de abrigo y mantas. Esparto usado en cordeles, cestería y calzado. Adheridos a algunos objetos de hierro aparecen fragmentos de cuero, empleado en la confección de gorros, botas, cinturones y en casos concretos formaron parte de la funda de la falcata.                                                                                                                       
En la vitrina de la pared (14 y 15) podemos observar varias tumbas femeninas con pequeños objetos utilizados en el hilado como fusayolas. Para el tejido contamos además con pesas de telar de cerámica, hierro o hueso (vitrina 15). Asociadas a estos elementos suelen aparecer unas plaquitas de hueso finamente decoradas con incisiones cuya función no conocemos.                                                                                       
Las tumbas más modernas de la necrópolis las encontramos en la vitrina 16. Son frecuentes en las mismas la aparición de cerámicas romanas como campanienses nº 4 y 5 de la tumba 145.


SALA VII
Dedicada al comercio y los transportes. Encontramos en "El Cigarralejo" cerámicas griegas desde el primer cuarto de s IV a.C., tenemos que tener en cuenta que estos objetos de importación eran objetos de gran prestigio para sus poseedores en las sociedades ibéricas.                                                                                                         
Aparecen cerámicas de muy distintas producciones como Campaniense A, producciones del área Lacial con el taller de "las pequeñas estampillas".
Además aparecen otros objetos traídos de Italia, Norte de África, Grecia...                                                                 
El comercio en el mundo ibérico se caracterizaba por la utilización del trueque, aunque ya existía la moneda en la Península, pero en "El Cigarralejo" realizó una función insignificante, prueba de ello es que solo tenemos un ejemplar procedente de la tumba 198. En un pedestal podemos observar un curioso ejemplar de carro ibérico tirado por mulos, tallado en piedra arenisca que nos alumbra sobre el tipo de vehículos que los íberos utilizaron para el transporte. Respecto a los elementos que eran materia de intercambio tenemos que decir, aunque de manera simplista, que importaban productos manufacturados y exportaban materias primas como metales, animales, alimentos o fibras.

SALA VIII
Sala dedicada a la mujer ibérica, presenta a la mujer en algunas de sus facetas más importantes en la sociedad ibérica. Desempeñó un papel muy activo en diversos momentos, a nivel: cotidiano, festivo, religioso y funerario. Prueba de ello es la iconografía femenina encontrada en las necrópolis y los santuarios, en donde aparece en ocasiones con atributos humanos: mujer mortal (esposa y madre en la vida doméstica, o interviniendo en el culto divino en las facetas de fiel o sacerdotisa) y en otras con atributos divinos: como diosa Todo esto evidencia que existió un cierto reconocimiento a la mujer en el plano social y en el simbólico-religioso, y que debió gozar de ciertos privilegios. En los pedestales de la sala se muestran fragmentos de "damas" entre las cuales tenemos que destacar a "La Dama de El Cigarralejo" realizada, al igual que las demás, en piedra arenisca local. Encarna a una mujer de alto rango, sentada en un trono y ataviada con una doble túnica hasta los pies y envuelta en un amplio manto cuyos pliegues descienden desde los hombros hasta abajo. Una muestra de objetos típicamente femeninos continua la exposición (vitrina 18) cuentas de collas nº 15, anillos de bronce nº 11 agujas y punzones nº 4 son algunos ellos. Para finalizar tenemos que añadir que también se expone en esta sala el fascinante "Plomo del Cigarralejo", una pieza de gran importancia para el estudio de la lengua íbera.

SALA IX
Armamento ibérico
Esta sala nos enseña una muestra, muy completa, de la panoplia ibérica (conjunto de armamento usado por este pueblo). Seguramente existió una élite guerrera al servicio de un jefe o caudillo que dispondría de su séquito. No obstante, los estudios de las necrópolis ibéricas, en donde hay una clara asociación en los ajuares de armamento, útiles y aperos de trabajo, ponen de manifiesto que la mayoría de los guerreros participaban en las tareas productivas. De ello se desprenden que, en determinados momentos, los hombres libres se pusieran a las órdenes de los gobernantes para entrar en batalla.                                                              
Casco de hierro




La panoplia de "El Cigarralejo" es bastante completa y homogénea, como podemos ver en la vitrina de la mesa, donde distinguimos armamento defensivo y ofensivo. La principal arma ofensiva es la falcata. Se trata de un sable curvo fabricado con tres láminas de hierro soldadas a golpe de martillo, su dimensión media es de 75 cm. Está presente su característico estrechamiento en su inicio, y forma un curva pronunciada a lo largo de su desarrollo, normalmente con filo en ambas caras, en el último tercio del filo dorsal y punta afilada. Emplearon varios tipos de lanzas de hierro además del soliferreum característico de la Península Ibérica nº 11. En la lucho solían llevar una lanza de madera con punta y regatón de hierro nº 13-14. En cuanto a las armas defensivas, el principal exponente era la caetra, se trataba de un escudo circular de 50-60 cm nº 1. En menor medida utilizaron otras armas defensivas y ofensivas como el casco, las grebas o las puntas de fechas nº 15, puñales o discos pectorales. Completan la muestra dos balas o glandes que utilizaban como proyectil para las hondas. Tenemos que destacar, también, objetos asociados a los caballos como espuelas o bocados. Por último tenemos que hablar de la magnífica cerámica de "Los guerreros y los músicos" nº 21.

 SALA X
La última sala de la exposición permanente es un resumen de esta necrópolis y el mundo ibérico en general. Podemos leer paneles dispuestos alrededor de la dependencia donde aparecen textos de autores clásicos referentes a las distintas costumbres indígenas.  Otros nos muestras las tipologías de encachados tumulares de algunos enterramientos, concretamente de las tumbas nº 125, 138, 244 y 343. Todas ellas fechadas a lo largo del s IV a.C.                                                                                                                                  
Vimos como algunas tumbas de la 1ª mitad del s IV a.C., estaban coronadas con los llamados "Pilares-Estela". Los pedestales de la derecha representan estos pilares pétreos sobre los que se colocaba la gola. Rematando el conjunto un animal protector de la tumba, como el que podemos ver en el pedestal.                                                                   
Por último podemos admirar en la vitrina de la pared un magnífico "vaso calado", que sirvió de soporte quema-perfumes y era habitual en las áreas sacras.

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